Hace casi un año que perdí mis dientes. Las dos paletas, mis paletas, se marcharon sin más, sin dar ninguna explicación. Un día, al despertarme, el espejo me devolvió una imagen distinta: un gran hueco en medio de la mandíbula superior. Sospecho que la dieta a base de chocolate, caramelos y leche condensada era demasiado para ellas y decidieron salir al exterior para intentar realizar su sueño: habitar una boca donde se usara seda dental y donde las piruletas fueran sustituidas por pastillas para el aliento. Una gran boca con cuatro o cinco dientes de oro, (la mejor opción si buscas un buen marido dental...) espero que lo hayan conseguido. Yo por mi parte ya he encontrado a las sustitutas. El proceso de selección ha resultado muy duro, pero finalmente he elegido a las ganadoras. Son dos magníficas paletas de composite de la mejor calidad, color 2A y con doble pulido, licenciadas por la Universidad de Pamplona. Veremos qué tal se adaptan a su nuevo ambiente de trabajo...
"...Sus ojos estaban sin vida, sin brillo y aparentemente faltos de pupilas; y yo me encogí involuntariamente ante su mirada vidriosa y pude contemplar sus delgados y marchitos labios. Se abrieron; y en una sonrisa de expresión peculiar los dientes de la cambiada Beredice se revelaron lentamente a mis ojos. ¡Quiera Dios que nunca los hubiera visto, o que, al verlos, hubiera muerto!..."
"Berenice" de Edgar Allan Poe
(un inquietante relato que habla de la mente perturbada
de un hombre y su obsesión por los dientes de su prima)
En mi caso, todo lo contrario al maestro Poe...la preocupación por una dentadura perfecta ya no atormentará mis sueños, a partir de ahora haré encarecidamente caso al eslogan publicitario de un folleto que encontré un día sujeto al parabrisas de mi coche. Era la publicidad de una clínica dental y decía así:
VUELVE A SONREÍR
Pues eso, yo ya he empezado (sirva de ejemplo la foto que ilustra este texto). Y éste es también mi deseo para todos a los que quiero: que intenten esbozar una sonrisa aunque sea sólo una vez al día, que se obliguen un poco, que se lo tomen como un ejercicio de estiramiento muscular...puede que no les apetezca, pero una sonrisa amplia y sin complejos, puede traer con ella una buena causa por la que hacerlo.