miércoles, 13 de febrero de 2008

Cosas que hacen que París merezca la pena



Sí, ya sé que París , por sí misma, ya merece la pena. Pero si dejamos a un lado las rutas turísticas llenas de japoneses armados con sus cámaras, si nos olvidamos por un momento del lujo, el glamour, el romanticismo, "la vie en rose" y todo eso, existe un París donde la gente corriente vive. Donde pasa un día tras otro yendo al trabajo, haciendo la compra o llevando el coche al taller. Y es en ese París donde tienes que desenvolverte y donde descubres las pequeñas cosas que la hacen verdaderamente tan especial, detalles sin importancia que en un momento determinado significan mucho, que te obligan a pararte y sonreir un momento. Y eso te ayuda a reconciliarte contigo misma, con los parisinos, con los franceses y con todo el mundo, si te pones.

Son cosas efímeras que debes apreciar en el instante mismo en que suceden, por lo que es necesario estar atento, vigilante, a todo lo que se desarrolla a nuestro alrededor. Cosas tan tontas como que un día, de repente, salga el sol después de una semana de lluvias, como un cuadro azul de Klein en el Centro Pompidou, o como una gran caja de bombones Lindt traída expresamente de Suiza, como una cerveza en un encantador bar del Barrio Latino, como leer Le grand voyage sentada en un banco de los Champs Elysées, o que el metro salga al exterior un segundo en Bastilla y puedas ver el ambiente de la ciudad, como correr un sábado por la mañana por el "Promenade Plantée" con la música de Albert Hammond Jr. en el mp3, o simplemente la imagen de un parisino paseando por la calle con una baguette bajo el brazo...

Es el poder de las pequeñas cosas.


P.D. Esta vez el texto va dedicado a mi "primi", ya que ella fue quien me dio a conocer el maravilloso disco de Albert Hammond Jr. -Si en Madrid la música que sonaba por los altavoces de la ciudad era lo último de Marlango, aquí, en París es Yours to keep.- Gracias.