miércoles, 3 de septiembre de 2008

SeptembRe

La vida recomienza en septiembre. Ni la primavera, ni año nuevo... cada año todo vuelve a empezar en septiembre. Y es que este mes es una puerta abierta al futuro: la vuelta al trabajo después de vacaciones, los cumpleaños, una bici que sale por los aires y no se rompe, las fiestas de la Vierge du Château, forrar los libros nuevos, la colección de otoño de El Corte Inglés, las hojas caídas, los planes y proyectos para el nuevo curso.
En septiembre la imaginación nos desborda y soñamos con todas las vidas posibles. Con todas nuestras vidas que no son pero que podrían haber sido. Como canta Eva "si volviera a nacer, si empezara de nuevo" querría ser algo totalmente diferente, como, por ejemplo, esa peajista que querría ser piloto de aviones, para volar alto, bien alto, esperando así dejar todas las preocupaciones y cargas en el suelo, para borrar los pre-juicios y las pre-determinaciones (el pre-fijo "pre-" debería ser eliminado definitivamente del español. Que ni siquiera el lenguaje determine nuestros actos, que nada establezca de antemano nuestras posibilidades).
Nos conformamos con aquello que somos sin darnos cuenta de que hay miles, millones de posibles "yo" andando por ahí sin tocarnos: el "yo" que estudió ciencias, el "yo" que le dijo a ese chico que lo quería, el "yo" que todavía tiene el pelo largo... Nos encerramos a nosotros mismos en nuestra propia conciencia, en esa imagen que nos hemos formado de nuestra propia persona, y nuestra mente se convierte en nuestra cárcel, porque creemos, tontos de nosotros, que ya nada o casi nada se puede hacer por cambiar lo hecho. Seguramente es cierto, no podemos cambiar lo ya hecho pero sí podemos decidir sobre aquello que todavía no hemos llegado a hacer. Así pues, en este mes de septiembre quiero lanzar un canto a las decisiones que todavía no hemos tomado, a todas las vidas posibles.


"...Será como aquella canción canción de los años 80

seré como aquel tipo que algún día fui..."

(Ahora que, según la BibliaVogue, los años 80 han vuelto y esta vez para quedarse, me parece una canción muy adecuada. Vayan desempolvando sus camisas con hombreras....)

4 comentarios:

Carmina dijo...

Comparto totalmente lo de regirse por cursos más que por años naturales, qué se le va a hacer, es lo que tiene no haber superado la fase estudiantil-investigadora.
Y este curso se plantea realmente sugerente, o decisivo, o interesante o en gran parte, lo que queramos.
Con respecto a lo de cambiar, estoy de nuevo de acuerdo (vaya, ando un poco pelotera hoy), aunque como dices, el mayor obstáculo nos lo ponemos nosotros. Así que eso
besicos mil

Bobby dijo...

Genial esa idea pequeña Gustrán, de no renunciar a ningún yo. Fascinante,nos hace sentir mas vivos.

Anónimo dijo...

Lo que has escrito me da fuerzas para seguir a delante. Para luchar por lo que realmente quiero conseguir, tomar las decisiones que hace mucho tiempo tuve que haber tomado, y por lo menos así, no poder decir que no lo intenté.

eneko

Anónimo dijo...

Tengo que admitir , aun a riesgo de parecer pelota, que me encanta como escribes. Que sepas que te hago publicidad y todo. Me he hecho un blog yo también y he puesto el tuyo para que te lean. Será que la familia tira mucho... jaja.
¡Un besico, prima!