Metrópolis había conseguido resistir a todo tipo de amenazas a lo largo de su historia: ataques de terroristas con turbante, masas de futboleros enfervorizados, la cuarta guerra carlista, los derrumbes en la línea del metro... pero no vio venir el peligro más obvio de todos. Desde que el PP ganara las elecciones en 2008 por mayoría absoluta y se nombrara al primo de Rajoy ministro de Medio Ambiente, el problema del cambio climático dejó de existir, al menos de cara a la opinión pública. La ley 345/21 del 23 de septiembre de 2008 eliminaba la expresión "cambio climático" por considerarse inexacta y alarmista. Desde entonces, tras negar el término, se acabó por renegar del propio concepto y los españoles llegaron a creer que tal cosa no existía, que era una invención de los EEUU para crear un estado de miedo constante entre la población. Así, el día en que la naturaleza despertó de repente, nadie en este puñetero país estaba preparado.
Era un viernes cualquiera de 2021, la mañana había despertado apacible. La gente, animada ante el cercano fin de semana, paseaba relajada por las calles; pero entorno al mediodía la temperatura se volvió completamente loca, descendiendo a mínimos que hasta entonces se creían imposibles: -173º. Todos aquellos que se encontraban al aire libre murieron congelados de modo fulminante, sin tener ni siquiera un segundo para reaccionar y salvar sus vidas. Se petrificaron en las posturas más inverosímiles, más ridículas e inesperadas. (Siglos más tarde, científicos y estudiosos considerarían estas condiciones meteorológicas un regalo del cielo, ya que facilitaban enormemente sus trabajos de investigación sobre el modo de vida de una civilización tan lejana y desconococida para ellos)
El resto de gente, los afortunados que se encontraban a resguardo, supieron, desde que fueron conscientes de todo, que acababa de morir el mundo que conocían.
2 comentarios:
Ey, pero este texto no estaba aquí antes... No nos engañes con las fechas...
O es una conspiración y alguien está saboteando tu bloccss????
Me ha gustado muchoo. Ya sea porque son una frikie de las historias sobre los fines del mundo (en plural porque hay muchas-a la vuelta a casa te paso el libro de Paul Auster que me regalaste y que recomiendo desde aquí: In the country of last things, que va muy muy bien con el tema de hoy), bien porque eres mi hermanica y se me llena la boca de orgullo al decir ay qué bien escribe mi chica...
Ya, es que lo escribí antes y lo había guardado en "borradores" y ahora no sé como cambiarle la fecha.
un beso
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