Una acude a un concierto de Amaral y espera encontrar a una Eva tremenda, (derrochando encanto y voz sobre el escenario), un público entregadísimo y la posibilidad de disfrutar de un rato agradable. Básicamente eso fue lo que hubo, pero además de todo ello, me llevé a casa la sensación de haber recibido un mensaje subterráneo...
Quizás es que esté un poco paranoica, pero en los tiempos que corren, tiendo a pensar que, más que nunca, ya nada resulta casual.
El concierto comenzó y terminó con dos temas que apuntaban hacia un mismo aspecto. El primero de ellos fue: "Hacia lo salvaje", nada sospechoso si tenemos en cuenta que ha sido el gran éxito de su último disco; y para concluir se reservaron la evocadora "Revolución", una arenga en toda regla a favor de cambiar las cosas. Entre ambas canciones, dos horas y pico de buena música y puro espectáculo, pero también un discurso que habla de acabar con las imposiciones y buscar nuestro propio destino. Cuando todo acabó no me fui a quemar contenedores ni a tirar piedras contra la fachada de algún banco (que quizás es lo que debería haber hecho), pero las palabras de Eva me siguen revoloteando, todavía hoy, como mariposas por la cabeza...
"...Siento que llegó nuestra hora; ésta es nuestra revolución...
Somos demasiados y no podrán pasar por encima de la vida que queremos heredar, donde no tenga miedo a decir lo que pienso..."
1 comentario:
A ver cuándo llegará este día de revolución...
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