domingo, 24 de enero de 2010

Las hogueras ad eternum

En mi familia nos gustan mucho Las Hogueras, nos gustan tanto que, ayer, una semana después, decidimos repetirlas. ¿Por qué esperar un año entero para volver a celebrarlas? Está visto que al resto de la famili también les gusta el fuego, la panceta a la brasa y el olor "a choto".

Mi tío Janín (del que un amigo me dijo que se notaba que era familia mía, por la sorna y lo chistoso) ha propuesto que todos los cumpleaños familiares que caigan en verano (con el consiguiente calor y los consiguientes mosquitos) sean trasladados al invierno y sean celebrados cada vez con una hoguera. La cosa funcionará así: cada quince días, un cumple y una hoguera, empezaremos con mi tía Marisol. Será un curioso experimento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

bueno, bueno. esto promete! de todas formas, a nuestra familia le gusta el pendoneo más tonto un lápiz. yo me apunto, que además vuelvo mañana, así que nos veremos.

en fin, como podrás comprobar, he vuelto al mundo bloggero. creo que hasta voy a escribir algo, fijate lo que te digo... ademas, acabo de ver mi última entrada y es del dos de febrero del año pasado! ya me da hasta un poco de vergüenza jajaja

alexdealagon dijo...

Pues aquí está el tío de la subsodicha, que lo de parecernos pues que está bien ya se sabe "el que a su raza parece honra merece", vas por buen camino sobrina, tienes mucho terreno ganado si te han dicho que te pareces a mi, jejejeje, que bien que lo pasamos en las hogueras verdad??, es que una hoguera en este tiempo ni te puedes imaginar lo que une, es que es el complemento ideal para una noche de invierno, contrasta el frio helador de la noche con el sano calor del fuego, propiciado por unos palets viejos, recogidos y digo recogidos por no decir otra cosa que conlleve algun tipo de delito contra la propiedad y no digo tampoco nombres para no involucrar a nadie, jejejeje, volviendo a lo de la hoguera, a quien no le gusta sentir por un lado de su cuerpo los rigores de la gélida temperatura de una noche de enero y por otro el calor, sano calor como he dicho antes de una hoguera, donde las llamas van iluminando unos rostros en penumbra, de vez en cuando te levantas y te das la vuelta para invertir los contrastes ambientales, todo esto acompañado siempre por la grata compañía de los asistentes a tan esperada reunión, degustando los típicos productos a la brasa que el experimentado "barquero" pequeño se encarga de cocinar, como se puede comparar una de estas frías pero cálidas a la vez noches de enero con las calurosas unas veces y frías otras (cuando aparece el cierzo)noches de verano, que si estas en la terraza entre mosquitos, salamandras y algún otro etc. tienes calor y si se despierta el cierzo te tienes que meter dentro donde la calor tambien no deja de ser agobiante, una vez hecha esta comparación entre noches de enero con hoguera y noches de verano con los ya comentados inconvenientes quien se atreve a dudar de su especial encanto, embrujo, llámalo como quieras, pero que digan lo que digan en esta "bendita familia" se celebran con total solemnidad, donde además cada uno de los asistentes colaboran aportando diferentes presentes que a veces como este año sobran y tenemos excusa para repetir la velada y acabar la comida en otra noche de hogueras, ahora quien lea esto que opine y elija la noche.