Mira esta imagen, mírala bien. Hay en ella algo inquietante y no, no son esas manos enguantadas en blanco (a lo Michael Jackson) de niño recién comulgado. No, no es eso. Te dejaré un poco más de tiempo para que observes con detenimiento...
¡Ah, por fin! ¡Lo has visto! Ese niño al fondo, a la izquierda de la imagen. Un niño inspeccionando desde la distancia la pose de los tres hermanos ante la típica foto familiar, recordatorio de la primera comunión de un chaval cualquiera. Una instantánea que debía ser algo anodino y sin sorpresas (documentar un acontecimiento supuestamente importante) se ha convertido para mí en un agujero negro de preguntas sin respuesta:
¿Qué hace un niño ataviado con un antifaz de superhéroe ahí?
¿Quién era?
¿Qué miraba con tanto interés?
¿Por qué llevaba un antifaz?
¿Es inocencia o insolencia lo que desprende su gesto?
....
Pero sobre todo:
¿qué tipo de super-poder tendría?
3 comentarios:
Es El Guerrero del Antifaz. Es superdecoroso, supervaleroso, superjusto y supercristiano. No lo digo peyorativamente, ni irónicamente, ni dada de eso. Es un guerrero. Esta claro que los chavales del primer plano son más del Jabato o del Capitán Trueno. Curiosamente, hoy le he regalado a mi padre un viejo tomo del espadachin enmascarado. Como diría Luis Miguel, "al final, todo encaja".
Un abrazo
Me ha gustado tu post primi, pero...qué inquietante...vive entre nosotros y...¿seguirá siendo un niño? ¿o habrá cumplido los 50? ¿se le podrá ver en la puerta de algún bar local con su antifaz y su cigarro?...estaré atenta...
Quizá, él pensó que poniéndose el antifaz, se volvería invisible y que ni siquiera el fotógrafo podría verle, ni saldría en la foto, y se podría colar en la comunión para ver en qué consistía porque él todavía era pequeño y comulgaría al año siguiente... Pero se lo puso al revés.
Rose
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